para contar sus incontables maravillas,
eres tú mismo una creación estupenda,
única y especial, no hay nadie como tú.
Gracias a Dios por todas las capacidades que te dio
por poder razonar y tomar decisiones,
porque tratas de ser mejor persona cada día
sin mirar atrás, sin estar en el pasado
sino disfrutando del presente que Dios te da.
Gracias a Dios por el cuerpo que tienes,
eres único y te amas a ti mismo,
por cada parte de tu cuerpo dale gracias
por aquellas cosas que sin tú pensarlo funcionan
y como una maquinaria compleja te llevan
durante el día con buen ritmo y a todo motor.
Gracias a Dios que tienes fuerzas para vivir,
estás vivo aunque muchos ya no están,
tienes esperanza en el futuro porque Jesús te acompaña.
¡Gracias a Dios por tu vida!
por Mery Bracho